miércoles, 9 de diciembre de 2009

“Los conflictos agrarios en Argentina, desde la Generación del ’80, hasta nuestros días”

La “Generación del ’80”, grupo oligárquico y aristocrático, representante de los grupos económicamente más poderosos e ilustrados del país, portadora de las ideas liberales fundamentadas por Juan Bautista Alberdi, en “Bases y Principios Para la Organización Nacional”; Domingo Faustino Sarmiento, con “Facundo”, en el que plantea la dicotomía “Civilización y Barbarie”, para referirse a lo europeo y lo criollo y Bartolomé Mitre, fundador del Partido liberal; observando el mapa económico mundial decidió la adopción del “Modelo Agroexportador” para la Argentina, en el marco de un nuevo orden que marcaba la división internacional del trabajo.

El país se estaba comenzando a estructurar partir de la Constitución de 1853, en tanto que el mundo, básicamente Inglaterra y el resto de Europa avanzaban hacia una creciente industrialización, la decisión fue entonces que nuestro país fuera un productor de materia prima, principalmente de Gran Bretaña, quien nos proveía bienes de consumo y de quien dependíamos comercialmente. Nos llegaron a llamar “El Granero del Mundo”.

La pregunta del momento fue, ¿que se necesita para poner en marcha el Modelo Agroexportador? y la respuesta fue: Se necesita tierra.

Se necesita mano de obra.

Se necesita puerto.

Se necesita transporte.

Se necesita Capital.

Como uno de los lemas de la Generación del ’80, era Orden y Progreso; orden en el marco de la ley que se debía aplicar, al decir de Sarmiento a la barbarie, representado para él en el indio y el criollo, dos grupos que para ellos no podrían aportar nada al modelo y es más eran considerados haraganes.

EL CONFLICTO CON EL INDIO

Es así que toman la decisión de pacificarlos por la fuerza o expulsarlos del territorio, acción que se llamó “La Conquista del Desierto”. Ejércitos comandados por el general Julio Argentino Roca, desde el sur de Mendoza, sur de Córdoba, San Luís y provincia de Buenos Aires, tomaron toda la pampa húmeda hasta la Patagonia.

El indio que no se sometió o fue muerto o debió cruzar la cordillera a Chile, (14 mil entre muertos y prisioneros). Las tribus involucradas en este desalojo fueron: Mapuche, Tehuelche y Ranquel, distintas etnias emparentadas entre sí.

Se crean así, por reparto principalmente entre la oficialidad de las fuerzas triunfantes, inmensos latifundios, de esta manera se conseguía la tierra que se necesitaba para llevar a cabo el “Modelo Agroexportador”, (15 mil leguas incorporadas).

Pero la que llevó la mejor parte fue la Sociedad Rural de Buenos Aires, cuyo presidente en ese momento era José Martínez de Hoz, bisabuelo directo del ministro de Economía del Proceso Militar, quien recibió 2,5 millones de hectáreas, los Anchorena 300.000 y los Amadeo 500.000, ellos habían pagado un bono contribución para hacer frente a la campaña del desierto.

Las leyes que contribuyeron a la distribución de la tierra son, la 947 de 1878 (Ley Avellaneda), la 1265 de 1882 (venta de tierras en remate público), ley 1628 de 1885 (distribución de tierras a participantes o herederos de la Campaña del Desierto) Presidencia de Julio A. Roca.

APERTURA A LA INMIGRACIÓN

Para solucionar la escasez de mano de obra, fue abierta la inmigración con una amplia propagandización a través de agentes que viajaban a Europa para tal fin, de esta manera llegaron unos pocos polacos, alemanes y franceses, miles de españoles y millones de italianos.

Según se señala que arribaron al país unos 6 millones de inmigrantes de los cuales permanecieron unos 3 millones y medio, el resto volvió a su origen o por falta de adaptación o una vez que ya hayan hecho “La América”.

La mayoría de estos inmigrantes se radicaron principalmente en las ciudades por su condición de habitantes urbanos, los que llegaron a través de contratos pudieron ser ubicados en parcelas destinadas a la colonización, los que llegaban por su cuenta tenían dificultades para ser ubicados.

Había problemas con los grandes terratenientes que no querían parcelar sus tierras, ellos vivían en Buenos Aires u otras ciudades importantes y sólo les interesaba arrendar el campo, o sea el inmigrante debía trabajar arduamente para pagar con el producto de su siembra el uso de la tierra, un bien escaso.

En 1876, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se dictó la Ley de Inmigración y Colonización que llevaba el número 761, por la cual el estado se comprometía el traslado por acuerdo con empresas navieras de los inmigrantes europeos.

También se los alojaba y alimentaba por cinco días y luego se los trasladaba a sus destinos en el interior, así surgió Colonia Esperanza, en Santa Fe, fundada por Aaron Castellanos, un colonizador argentino que con los inmigrantes inicia la colonización en santa Fe.

Tanto Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba parcelaron sus tierras para el reparto a los inmigrantes, lo que no sucede en la provincia de Buenos Aires, donde los terratenientes latifundistas conservadores no permitían la división de la tierra y se oponían con fuerza a la agricultura y sólo fomentaban la ganadería.

Para la mayoría de los inmigrantes la cosa no fue fácil, los terratenientes y testaferros presionaban permanentemente por una renta de la tierra cada vez más cara, en tanto que el hombre corría con todos los riesgos, como una baja rentabilidad, o el más peligroso, una mala cosecha por inclemencias climáticas.

Algunos de los contratos contenían además cláusulas de hasta en que negocios debían aprovisionarse, comprar insumos y herramientas. Existía temor y recelo entre ellos por lo tanto soportaban las condiciones sin intentar unirse para protestar.

Se debe recordar que desde 1902 estaba vigente la Ley de Residencia votada durante el segundo mandato de Roca y por la cual el gobierno podía expulsar del país sin juicio previo, por cualquier causa a todo extranjero acusado por algún delito.

GRITO DE ALCORTA

Pero en 1912, hubo una cosecha record, muy celebrada por los agricultores porque era la posibilidad que tenían de hacer una buena diferencia, sin embargo esto no fue así, embarcado la simiente en el ferrocarril hacia el puerto, ellos se volvieron a quedar con las manos vacías.

Esto provocó la ira de los campesinos que se congregaron el 25 de junio de 1912 en una colonia de inmigrantes vascos llamada “Alcorta”, en el sur de Santa Fe, por un pueblo homónimo de España en la provincia de Guipuzcoa.

Ahí decidieron declararse en huelga general en medio de una asamblea en la Sociedad Italiana, la protesta se propagó rápidamente a toda la región pampeana y sus demandas fueron: “1) rebaja general de los arrendamientos y aparcerías; 2) entregar en las aparcerías el producto en parva o troje, como salga; 3) contratos por un plazo mínimo de 4 años”.

La cara visible de la revuelta era la de Francisco Bulsani y además contaban con el apoyo de los párrocos del poblado aledaño de Máximo Paz, José y Pascual Netri y el hermano de estos, el abogado Francisco Netri de activa participación en la asamblea defendiendo la posición del campesinado y proponiendo la creación de una organización gremial que los represente.

La respuesta terrateniente y de las fuerzas represivas no se hicieron esperar y en un acto en Firmat, fueron muertos los fueron asesinados los dirigentes agrarios anarquistas Francisco Mena y Eduardo Barros, mientras en la ciudad de Rosario, ya en 1916, era literalmente fusilado por Carlos Ocampo, Francisco Netri, los instigadores del crimen nunca aparecieron.

El abogado habría dicho en apoyo del campesinado: "Estos hombres de campo ya no luchan para si, sino por sus hogares y por sus hijos, para que tengan la seguridad de un futuro de la que ellos carecen. Estar a su lado en esta hora debería ser la posición de todo argentino".

El Grito de Alcorta dio lugar al nacimiento el 15 de agosto de 1912 en la Sociedad Italiana de Rosario de la Federación Agraria Argentina FAA, como así también de entidades similares, la Liga Agraria de Bahía Blanca y la Liga Agraria de La Pampa, quienes luego en una reunión nacional van a sostener los principios del revolucionario mexicano Emiliano Zapata “la tierra debe pertenecer al que la trabaja”.

CAPITAL TRANSPORTE Y PUERTO

La transformación del país requirió de capital y los que estaban dispuestos a prestar eran principalmente los británicos quienes contaban con excedentes de su revolución industrial, así los empréstitos fueron aumentando.

De esta manera se financió la red de ferrocarriles y la construcción de Puerto Madero. Las largas redes de vías férreas confluían en los puertos de Rosario y Buenos Aires a modo de los rayos de una rueda.

Desde estos puertos salía la exportación argentina que en principio dejaba superávit, pero de a poco, dada la necesidad de contar con hierro, acero y repuestos para el ferrocarril, herramientas y maquinarias para la labranza y alambres para cercar los campos, las importaciones superaron a las exportaciones y produjeron un saldo negativo en la balanza comercial.

El empréstito no tuvo reparos, dada la confianza que existía en una expansiva capacidad exportadora y la garantía que ofrecía el Estado Nacional a la toma de créditos. Con la invención de las cámaras de frío, las inversiones en los frigoríficos también tomaron un fuerte impulso.

En 1886, Miguel Juárez Celman, reemplaza en la presidencia del país a su concuñado, Julio A. Roca, estableciendo un gobierno autocrático, denominado “El Unicato”, lo que le lleva a enemistarse con Roca, quien tenía la intención de seguir influyendo en el gobierno.

Las provincias afines al ex presidente también fueron intervenidas y Juárez Celman y sus amigos controlaban todos los resortes del poder, pero el déficit de la balanza comercial, los despilfarros, la corrupción y la posibilidad que le dio a los bancos de crear sus propias monedas, la emisión descontrolada desató una inflación galopante.

PRIMER DEFAULT ARGENTINO

Habían protestas obreras para que les sean aumentados los salarios, los ahorristas retiraron sus depósitos y los bancos comenzaron a sacar del país sus capitales. La deuda externa representaba el 60% del PBI y el Gobierno anunció que se entró en cesación de pago. Es lo que hoy se conoce como el “Primer Default Argentino”.

La firma prestataria inglesa Baring Brothers, colapsó y debió ser rescatada por la corona británica. La oposición a Juárez Celman, se nucleó en la Unión Cívica, frente liderado por Bartolomé Mitre y Leandro N. Alem y ante la crisis no dudó en tomar las armas y buscar una salida revolucionaria.

El 26 de julio de 1890, se puso en marcha la revolución con tropas al mando del general Manuel J. Campos, que toman el Parque de Artillería, en la actual plaza Lavalle, de ahí su nombre de “Revolución del Parque”, que se extiende por tres días. También se había levantado parte de la Marina.

PRIMERAS ORGANIZACIONES GREMIALES Y CONFLICTOS OBREROS

Con la inmigración llegaron al país, además de nuevas culturas, nuevas corrientes ideológicas en auge en el Viejo Continente, principalmente Anarquista y Socialista, y fueron estas precisamente las que dieron sustento a las primeras organizaciones gremiales argentinas.

De esta manera cobró cohesión la protesta obrera que hasta el momento no pasaban de ser manifestaciones aisladas, además lograron aumentar la adhesión de los obreros federados. así el 25 de Mayo de 1901 se crea la FOA, Federación Obrera Argentina que más tarde se va a llamar FORA, Federación Obrera Regional Argentina.

En noviembre de 1902, tuvo lugar tras una protesta de portuarios la primer huelga general desarrollada en el país, la protesta no tenía otro objetivo que solicitar mejoras salariales y mejoras en la condiciones de trabajo, como una jornada de 8 horas, que fue lo que fueron conquistando con el tiempo.

A raíz de las crecientes protestas el Gobierno respondió con la represión y con un instrumento legal que se llamó la “ley de Residencia”, sancionada en 1902, durante la segunda presidencia de Roca, por la misma, el Gobierno podía expulsar a todo extranjero sospechoso de alterar el orden público.

La división en el movimiento obrero por cuestiones ideológico políticas no se hicieron esperar. Los anarquistas, resueltos por la acción directa y contrarios a todo lo instituido y los socialistas que buscaban una inserción en el sistema democrático, terminaron por fracturar la FORA y los últimos conformaron la Unión General de Trabajadores UGT.

FORA, va a ser la base sobre la que se va a crear en 1930, la Confederación General del Trabajo, La CGT de la República Argentina. La historia del sindicalismo argentino tiene desde sus inicios un camino jalonado en sangre, son conocidas las represiones y muertes de 1904, 1905 y la masacre del primero de mayo, Día del Trabajador de 1909.

A esta masacre, en que la policía abrió fuego contra los manifestantes concurrentes a un acto, se la llamó también “Semana Roja” y las acciones dirigidas por el comisario de la Policía Federal Ramón Lorenzo Falcón, dejo 11 muertos y 80 heridos.

El paro convocado por FORA y UGT, fue total y el 4 de mayo, 60.000 obreros esperaron la entrega de los cadáveres para ser llevados al cementerio, al ver esto la policía arrebató los féretros a los familiares y los llevaron ellos mismos.

A la salida del cementerio la policía volvió a disparar contra unos 4.000 trabajadores que concurrieron hasta el lugar. Estas acciones hicieron que los partidarios de la acción directa condenaran a muerte al comisario Ramón L. Falcón, hecho que llevó a cabo el 14 de Noviembre de 1909, el anarquista ruso Simón Radowitzky, (Inmigrante nacido en Kiev, Ucrania en 1891 y que no fue fusilado porque era menor de edad).

LA SEMANA TRÁGICA

La denominada “Semana Trágica”, comenzó el 7 de enero de 1919 con una protesta en los Talleres Vasena, por 8 horas de trabajo en vez de 11, como venían cumpliendo, un aumento salarial y por la reincorporación de los delegados despedidos.

La empresa decidió seguir trabajando con obreros rompehuelgas y al producirse un disturbio actuó la policía disparando sobre la multitud matando a 4 obreros e hiriendo a 30, esto produjo corridas y una escalada de violencia. Los obreros levantaban a baldosas y adoquines para arrojar sobre la policía.

El día 9, la FORA, que estaba dividida en dos facciones, decidió un paro general de actividades y los trabajadores acompañaron a la sepultura de los muertos en el Cementerio de la Chacarita, ahí se produjo tiroteo de la policía sobre la multitud, que La Razón consigna con 8 muertos y La Vanguardia Socialista con 50 víctimas fatales.

De las clases acomodadas y conservadoras surgió un grupo para militar llamada “La Liga Patriótica”, grupo fuertemente xenófobo que decía defender la tradición, pero más que nada la propiedad y salió a la calle a atacar a Rusos, Polacos, Judíos, en Once se produjo la “caza del ruso”, destruyeron negocios, casas y sinagogas.

La brutal represión de la Policía, el Ejército y la Liga Patriótica, finalizaron el 19 de enero con el pedido del Ministerio del Interior a que Vasena reincorpore a los trabajadores despedidos.

Los obreros lograron también incrementos salariales de entre un 20 y un 40% y la libertad de los gremialistas encarcelados, pero los enfrentamientos dejaron alrededor de 1000 muertos y unos 4000 heridos.

LA PATAGONIA REBELDE

El fin de la primera Guerra Mundial, hizo que cayera el mercado de la carne y lana que se abarrotaba en los depósitos patagónicos, esta situación hacía empeorar la crítica situación de los peones rurales del sur argentino, que tenían una vida miserable, los conflictos comenzaron a agudizarse desde 1919 por despidos y reducciones salariales.

El Gobierno encomienda al teniente coronel Héctor Benigno Varela que se dirija a pacificar la región. En enero de 1920, llega a Puerto de Santa Cruz el 10º Regimiento de Caballería “Húsares de Puyrredón” y la Marina para custodiar las costas.

En Río Gallegos funcionaba el frigorífico Swift y el Puerto Santa Cruz, Armour, también focos de huelgas, como en toda la Patagonia. El teniente coronel Varela era un revolucionario radical que participó en el levantamiento de 1905.

Los patrones realizan una oferta salarial de 100 pesos en moneda nacional, porque también había circulante de dinero chileno, y una comida diaria. El resto de las demandas de los peones básicamente eran las siguientes:

a– En cada pieza de cuatro por cuatro no dormirán más de tres hombres, en camas o catres, con colchón, aboliendo los camarotes. Las piezas serán bien ventiladas y desinfectadas cada ocho días. En cada pieza habrá un lavatorio y agua abundante donde se puedan higienizar los trabajadores después de la tarea.

b– La luz será por cuenta del patrón debiéndose entregar a cada trabajador un paquete de velas por mes. En cada sala de reunión debe haber una estufa, una lámpara y bancos por cuenta del patrón.

c– El sábado a la tarde será única y exclusivamente para lavarse la ropa los peones, y en caso de excepción será en otro día de la semana.

d– La comida se compondrá de tres platos cada una, contando la sopa; postre y café, té o mate.

e– El colchón y cama será por cuenta del patrón; la ropa por cuenta del obrero.

f– En caso de fuerte ventarrón o lluvia no se trabajará a la intemperie exceptuando casos de urgencia reconocida por ambas partes.

g– Cada puesto estancia deberá tener un botiquín de auxilio con instrucciones en castellano.

h– El patrón queda obligado a devolver al punto de donde lo trajo al trabajador que despida o no necesita.

Esta propuesta de los obreros será rechazada por los patrones y la huelga estalla y se generaliza en toda Santa Cruz.

La patronal vuelve a presentar una propuesta pero lo hace en las estancias o sea “puenteando” a la Sociedad Obrera y ante la continuidad de la huelga trae carneros desde Chile y Buenos Aires.

En algunos lugares la lucha se va endureciendo con movilizaciones y toma de rehenes en varias estancias. Por ejemplo en Puerto Deseado también estaban en huelga los ferroviarios y los empleados de comercio. Allí se realizan movilizaciones de la población en apoyo de los huelguistas y es muerto un obrero.

Varela con la mediación del Gobernador Yza, logra un acuerdo y se retira de la Patagonia y a poco de hacerlo los patrones comenzaron a incumplir sus promesas firmadas y se reanudó la protesta, muchos de los peones ya habían decidido tomar las armas para enfrentar no sólo al Ejército, sino también a la Liga Patriótica que también operaba en el sur.

El 4 de noviembre de 1921, Varela vuelve a Río Gallegos, pero con un ánimo totalmente cambiado e inicia una serie de fusilamientos que para el 10 de enero de 1922 ya llevaba acumulado 1500 muertos entre argentinos, chilenos e inmigrantes europeos, que fue el saldo en vidas que cobró la protesta.

El 27 de enero de 1923, un obrero alemán Kurt Wilckens, hermano de un fusilado en el sur, mató a Varela a la salida de su casa en Palermo, arrojándole una granada, primero y descerrajándole luego seis balazos.

DÉCADA INFAME: EL DEBATE POR LA CARNE

El 6 de septiembre de 1930 se produce el primer golpe de estado contra el segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen, que no pudo soportar los avatares de la gran depresión iniciada en 1929. Desde este momento se instaló en el país un régimen que pretendía reinstaurar el conservadurismo de la generación del 80’, con defectos y virtudes.

El encabezador del golpe general José Félix Uriburu, se mantuvo en el poder dos años y fue el inicio de un periodo fraudulento y corrupto en la Historia Argentina, luego asumió Agustín P. Justo, que envió a su vicepresidente Roca a destrabar el comercio con Inglaterra, quien a partir de la Conferencia de Ottawa, decidió abastecerse sólo con sus colonias.

Se firma así un tratado oneroso para la Argentina, llamado “Roca - Runciman”, por el que se hacía tremendas concesiones, se protegía y privilegiaba el comercio con las empresas de ese país, manejaban el 85% del comercio y todo el transporte de la carne y solo 15% era operado por firmas argentinas”.

Sospechando fraude y corrupción el senador Lisandro de la Torre, del Partido Demócrata Progresista, propuso la creación de una comisión investigadora del negocio de la carne, la que halló tremendas irregularidades, corrupción, estafa y fraude al fisco, sobre todo por parte del frigorífico Anglo.

La estafa estaba dada básicamente en la compra de animales que pagaban a los productores como de segunda, en cambio era carne de primera que embarcaban a Londres, así establecieron un fraude al productor y al fisco al que también pagaban menos, todo esto era asentada en una doble contabilidad o contabilidad paralela.

Este fue el descubrimiento al que llegó la parte minoritaria de la comisión creada en la Cámara Alta, el despacho por mayoría decía que todo estaba bien, pero el despacho de la minoría aportó las pruebas irrefutables de la doble contabilidad y además acusó a los ministros Federico Pinedo de Hacienda y Luís Duhau de Agricultura de tergiversar los informes y recibir prevendas.

Por esta investigación intentaron asesinar a Lisandro de la Torre, pero los tres balazos destinados a él fueron a dar en la humanidad del diputado electo, también demócrata Progresista y amigo de De La Torre, Enzo Bordabehere quien cayó fulminado en el propio recinto del Senado de la Nación.

ESTATUTO DEL PEÓN RURAL

El Estatuto del Peón Rural o de Campo fue sancionado por Decreto-Ley N° 28.169, del 8 de octubre de 1944. La norma estableció por primera vez la aplicación de las normas laborales en la relación de trabajo rural: salarios mínimos, descanso dominical, vacaciones pagas, estabilidad, condiciones de abrigo, espacio e higiene en el alojamiento del trabajador.

La ley cambió la vida en las estancias donde el peón estaba sometido a trabajo servil, sin que nadie repare en su condición, la misma fue elaborada por Tomás Jofré, a propuesta del coronel Juan Domingo perón, quien estaba a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión.

El Estatuto del Peón de Campo se complementó con la sanción de la Ley 13.020 de protección al trabajador de cosecha y obrero de temporada. La legislación laboral para los trabajadores rurales, abrió camino para la sindicalización de los mismos, que crearon en 1947 la Federación Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (FATRE), antecedente inmediato de la actual Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE).

Derogación: El Estatuto del Peón Rural, fue derogado por la ley de facto 22.248 de 1980, sancionada por la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional. En su lugar se sancionó un régimen autónomo de Trabajo Agrario, en el que se dejó sin regulación las relaciones laborales de los llamados “trabajadores no permanentes”.

TRANSFERENCIA DE GANANCIAS DEL CAMPO A LA INDUSTRIA

Perón llega al poder en 1946 y delìnea como plan económico el primer Plan Quinquenal, el que contenía el proyecto de apoyo y financiamiento de la industria nacional a partir de transferir las ganancias del campo para tal fin.

El ministro de Economía Miguel Miranda, utilizó para tal fin la estructura del IAPI (Instituto Argentino de Promoción e Intercambio), que fue un organismo estatal creado durante los últimos días del gobierno de facto de Farrell. El organismo tendrá un papel central en la economía de esos años.

“Durante el primer quinquenio peronista, el IAPI sirve a los fines de transferir parte de las enormes ganancias del campo al desarrollo de la industria, actividad en la que se desempeña gran parte de la migración interna (provincianos a la Capital) radicada en el conurbano bonaerense.

En 1953 aplica el “Segundo Plan Quinquenal” que plantea en contraposición al primero “La Vuelta al Campo”, como también se lo conoció a este plan económico que buscó corregir fallas anteriores. El Gobierno llamó al ahorro y la inflación bajó casi a cero y fue truncado por la Revolución Libertadora en 1955.

PLAN CONINTES: LEVANTAMIENTO DEL GREMIO DE LA CARNE EN MATADEROS

Hacia mediados de 1959, las distintas medidas de fuerza organizadas por los sindicatos complicaron la situación del gobierno del presidente Frondizi frente a las Fuerzas Armadas.

El gobierno optó por cambiar esa imagen de un gobierno sin control y se decidió por la represión aplicando el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado) que permitía declarar zonas militarizadas a los principales centros o ciudades industriales y autorizaba allanamientos y detenciones. De esta forma, muchos gremios fueron intervenidos.

El plan fue aplicado contra los trabajadores del Frigorífico Lisandro de la Torre del barrio de Mataderos, que iniciaron una huelga en contra de la venta de la firma en poder del Estado a la CAP (Corporación Argentina de productores) que agrupaba a fuertes capitalistas del sector.

La resistencia obrera duró tres horas ante fuerzas del Ejército, Policía y Gendarmería, que conformaban unos 1000 hombres. 95 obreros fueron detenidos y 9 heridos, entre ellos el sindicalista Sebastián Borro, secretario general del Gremio de la Carne.

Luego de la represión se declaro un paro general por tiempo indeterminado, que finalmente se levanto al tercer día. El sindicato del Lisandro de la Torre nunca levantó la huelga; luego de varios meses y con Borro capturado, fueron cesanteados cinco mil obreros.

El frigorífico fue vendido a la CAP. Una investigación realizada en 1974 por una comisión de la Cámara de Diputados descubrió que la CAP había pagado sobreprecios a sus asociados durante años y que los quebrantos, que eran enjugados con fondos públicos, habían constituido una virtual estafa.

IDAS Y VUELTAS

El campo se debatió luego entre padecimientos y épocas de bonanzas y realizó sus grandes aportes en épocas de crisis. En tiempos del Proceso de Reorganización Nacional, desoyendo una recomendación de los EE.UU. Argentina vendió trigo a la Unión Soviética.

Casi siempre de un tiempo a esta parte, las grandes caídas económicas se levantó gracias a la venta de materia prima, productos del campo, principalmente trigo y carnes al exterior que dejan millonarias retenciones.

Son estas retenciones las principales causas de enfrentamientos entre las agrupaciones que nuclean a los productores del País con los gobiernos de turno, desde el advenimiento de la democracia en 1983, El presidente Alfonsín tuvo sus protestas.

Menem, aunque terminó aplaudido en la Sociedad Rural, tuvo sus protestas y hasta debió suspender actos debido a los piquetes que le armaron los representantes del sector rural.

El CONFLICTO CON CRISTINA FERNÁNDEZ

A la llegada de Cristina Fernández de Kirchner al poder, el conflicto se agudiza, ya que su ministro de Economía Martín Lousteau, elaboró lo que se denominó luego el Decreto N 125, por el que establecía retenciones móviles a la soja.

Esto significa que de estar pagando una tributación fija del 35 por ciento, pasaba a pagar una tributación móvil de acuerdo al valor internacional del producto, esto indignó a los Chacareros que armaron piquetes a la vera de las principales rutas del país por espacio de 102 días.

La protesta afectó al transporte y el comercio de no sólo productos del campo, sino también de otros rubros, se volcaron en las rutas leche, granos y frutas en señal de protesta y en el caso de la leche por tratarse de un producto perecedero, al cabo de horas de estacionamiento ya no se la puede procesar.

Está calculado que el país perdió entre el 10 de marzo de 2008, fecha de publicación del Decreto N 125 y el final del conflicto, 3.400 millones de dólares, teniendo en cuenta el cálculo que efectuó el economista Tomás Bulat.

El conflicto sumó y estrechó filas a todos los sectores y representaciones del campo y desde el gran productor al más pequeño. Desde el gobierno el discurso era de que se trataba de un sector desestabilizador, oligárquico y golpista, motes que exacerbaron los ánimos de los chacareros.

Para colmo el discurso de la presidenta en que realizaba estas acusaciones, tenía lugar un día después de celebrarse un nuevo aniversario del golpe militar de 1976, el 25 de marzo de 2008. Buscando destrabar el conflicto o al menos dividir fuerzas efectuó anuncio de compensaciones para los pequeños productores, pero esto tampoco rindió sus frutos.

El decreto es enviado a debate al Congreso de la Nación, supera fácilmente la Cámara de Diputados, pero tras arduo debate en la Cámara de Senadores y ya entrada la madrugada del 17 de julio de 2008, existe un empate en 36 votos para cada sector de apoyo y en contra y define el vicepresidente Julio Cobos con su famoso voto “no positivo”.

El decreto que buscaba una salida legal, pasó a archivo y se dejó de aplicar y nuevamente grandes y pequeños productores volvieron a tributar de manera fija un 35 por ciento para las exportaciones de soja.

Hoy aún, la cuestión no está solucionada y si bien hubieron algunas aperturas a las exportaciones y concesiones, la cuestión de fondo no está solucionada y los productores apuestan a insistir nuevamente con el Congreso de la Nación, para que los libere del impuesto a las exportaciones de soja.

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